La Piedra Seca
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Desde finales del siglo XX, gracias a diversos estudios e investigaciones que ha impulsado, entre otras entidades, el espacio sociocultural Cal Pal, la arquitectura de la piedra seca ha adquirido un protagonismo y una relevancia particulares.
La piedra seca es un elemento destacado de la construcción de nuestro paisaje natural, por su uso a lo largo de la historia. Desde el neolítico hasta el siglo XX, este tipo de construcciones ha ido configurando una larga tradición que, aparte de su aparente simplicidad, transmite solidez y perdurabilidad, y da una personalidad singular a muchos espacios de todas las parroquias.
En Andorra, se ha utilizado desde los fondos de los valles, en elementos vinculados directamente con la agricultura, hasta los pasos más altos de montaña, donde está vinculada con la ganadería. En el Principado tenemos un gran número de construcciones, desde los muros de margen, las terrazas y los caminos hasta los orris (ordeñaderos), testigos mudos de cómo la mano del hombre ha modelado la fisonomía del paisaje solo con el uso de la piedra.
Cal Pal
Este centro está ubicado físicamente en la casa del mismo nombre en el pueblo de la Cortinada (Ordino). El espacio Cal Pal tiene como misión fomentar la reflexión sobre la identidad, los orígenes y el patrimonio natural y cultural de Andorra. Su primera línea de trabajo han sido las construcciones en piedra seca. Un tema que se inserta en su ideario por la relación que establece entre la montaña y el paisaje cultural y natural.
Cal Pal es una de las muestras más representativas de la arquitectura autóctona de Andorra. Construida en 1347, la casa Cal Pal era inicialmente un albergue propiedad de Bernat Escoter y su madre, la Sra. Raimunda, fue donada, en 1435, a Joan Pal de Ordino con la condición de no venderla y de residir en ella de forma permanente. Se hicieron varias ampliaciones durante los siglos XVI y XIX. A finales del XX, se llevó a cabo un proceso de restauración y reconstrucción, con el que se recuperó la fisonomía definitiva de la casa (que había sufrido alguna modificación en el pasado). En 2011, se incluyó en el Inventario general del patrimonio cultural de Andorra.
Piedra seca
La técnica de la piedra seca consiste en unir piedras, que no amontonarlas, sin ningún tipo de mortero que las compacte. Las rocas, más o menos grandes, deben quedar encajadas por la sola acción de la fuerza de la gravedad y la habilidad de quienes las manipulan. Este antiguo sistema tiene la gran ventaja de que se adapta plenamente a las necesidades del terreno donde se ubica. En Andorra, la materia prima está fácilmente al alcance, como lo atestiguan los canchales presentes en todos los valles, las laderas de montaña o los lechos de río.
Los orris son uno de los elementos más característicos y significativos de este tipo de construcción. Su origen debe buscarse en la tradición ganadera andorrana. Son construcciones que hacían agrupaciones de pastores y que incluyen diversos elementos, como cabañas, cercados (chiqueros) e incluso, en algunos casos, corredores para reunir y elegir ovejas para ordeñarlas.
Itinerarios
Actualmente, desde Cal Pal, y mediante el proyecto Primera Pedra, puedes disfrutar de un par de itinerarios que te permitirán descubrir este patrimonio arquitectónico de Andorra. (Debido a la situación de excepcionalidad de esta temporada de verano, debe consultar la disponibilidad de la actividad con antelación a su visita por correo electrónico: info@calpalandorra.com)
Ruta 1: de la Cortinada a Sornàs
Se trata de un itinerario de casi 6 kilómetros que comienza con una visita a Cal Pal. A continuación, desde la Cortinada se llega a Sornàs, pasando por Ansalonga y visitando varios puntos de interés como el Centro de Naturaleza de la Cortinada, entre otros. La salida incluye un desayuno de montaña en Les Planes de Sornàs. Duración: 4 horas. Distancia: 5,81 kilómetros, con un desnivel de 370 metros. Grado de dificultad: de media a baja.
Ruta 2: de los orris a Encamp
Este es un itinerario algo más exigente, de poco más de 12 kilómetros, en el que se visitan ocho orris, todos ellos ubicados en la parroquia de Encamp. El Orri Vell, el de Emportona y el de Encenrera, actualmente en reconstrucción, son algunos de los puntos destacados. La ruta es lineal y cuenta con tres accesos: Cortals y Grau-Roig, en los extremos, y un acceso intermedio con el Funicamp, que da la opción de recorrerlo parcialmente. Duración: 6 horas, aproximadamente. Distancia: 12,3 kilómetros, con un desnivel de +/-650/651 metros. Grado de dificultad: de media a baja.